No descubrimos nada nuevo si te decimos que hace calor y aun menos en estas fechas pero lo que debemos tener muy en cuenta es que el cambio climático está pisando el acelerador. Y con ello las empresas también se enfrentan a nuevos desafíos relacionados con el verano, las olas de calor y el estrés térmico. Contrario a la creencia popular, los lugares con las temperaturas más altas no siempre son los más peligrosos durante estos eventos extremos. La humedad, la duración y la frecuencia de las olas de calor son factores igualmente cruciales que determinan el nivel de riesgo. En esta entrada de blog, exploraremos cómo las empresas pueden adaptarse y mitigar los efectos del estrés térmico, asegurando la salud y seguridad de sus empleados y la continuidad de sus operaciones.
La complejidad del estrés térmico
El estrés térmico ocurre cuando el cuerpo humano no puede mantener su temperatura interna dentro de un rango saludable debido a condiciones ambientales extremas. No se trata solo de altas temperaturas; la humedad y la exposición prolongada a calor excesivo también juegan un papel importante. En ambientes húmedos, el sudor no se evapora eficientemente, lo que impide la refrigeración natural del cuerpo y puede llevar a problemas graves como deshidratación, agotamiento por calor y golpes de calor.
Ejemplos y datos actuales
Durante el verano pasado el del 2023, Europa experimentó olas de calor extremas. España registró temperaturas récord, pero fue en Francia, Bélgica y Países Bajos donde se observaron los mayores impactos en la salud, con más de 2.500 muertes atribuidas al calor. Esto se debió en gran parte a la alta humedad y a la falta de preparación para enfrentar condiciones tan extremas.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que los últimos ocho años han sido los más cálidos registrados. Las proyecciones indican que las temperaturas globales podrían superar los 1.5°C por encima de los niveles preindustriales entre 2023 y 2027. Este aumento expondrá a más zonas y sectores económicos al estrés térmico.
Impacto del estrés térmico en las empresas
El estrés térmico no solo afecta a las personas, sino que también puede tener un impacto significativo en la productividad y la eficiencia operativa de las empresas. Sectores como la construcción, la agricultura y la manufactura, donde el trabajo al aire libre o en condiciones calurosas es común, son particularmente vulnerables.
1. Salud y Seguridad Laboral: Las altas temperaturas pueden llevar a incidentes laborales debido a la fatiga, la reducción de la concentración y el aumento de errores humanos. La deshidratación y el agotamiento por calor pueden incapacitar a los trabajadores, lo que a su vez afecta la producción y aumenta el riesgo de accidentes.
2. Productividad: El estrés térmico puede reducir la capacidad de trabajo de los empleados. Investigaciones han demostrado que la productividad laboral disminuye significativamente cuando las temperaturas superan ciertos umbrales. Por ejemplo, cada grado centígrado adicional por encima de los 25°C puede reducir la productividad en un 2-4%.
3. Equipos y procesos: Las altas temperaturas también afectan el funcionamiento de equipos y maquinaria. Los sistemas de refrigeración y ventilación pueden verse sobrecargados, aumentando el consumo de energía y los costes operativos. Además, las interrupciones en la cadena de suministro debido a condiciones climáticas extremas pueden causar retrasos y pérdidas económicas.
Estrategias de mitigación para las empresas
Para enfrentar estos desafíos, las empresas deben adoptar estrategias proactivas para mitigar los efectos del estrés térmico y adaptarse a las condiciones cambiantes del clima. A continuación, se presentan algunas recomendaciones:
1. Evaluación del riesgo y planificación: Las empresas deben realizar evaluaciones regulares del riesgo de estrés térmico. Esto incluye el análisis de las condiciones climáticas locales, la identificación de áreas y procesos vulnerables, y la implementación de planes de contingencia.
2. Diseño de infraestructuras resilientes: La adaptación de infraestructuras y espacios de trabajo es importante. Esto puede incluir la instalación de sistemas de refrigeración eficientes, el uso de materiales de construcción que reflejen el calor y la creación de áreas verdes que proporcionen sombra y frescura.
3. Horarios de trabajo flexibles: Ajustar los horarios de trabajo para evitar las horas más calurosas del día puede ayudar a reducir el riesgo de estrés térmico. Las jornadas laborales más tempranas o más tardías, así como las pausas regulares para hidratarse y descansar en lugares frescos, son prácticas recomendables.
4. Capacitación y concienciación: Es necesario educar a los empleados sobre los riesgos del estrés térmico y las medidas de prevención. Los programas de formación deben incluir información sobre la identificación de síntomas de deshidratación y golpes de calor, así como procedimientos de primeros auxilios.
5. Tecnología y monitoreo: Utilizar tecnología para monitorear las condiciones ambientales y la salud de los trabajadores puede ser muy efectivo. Sensores de temperatura y humedad, así como dispositivos portátiles que monitoreen signos vitales, pueden proporcionar datos en tiempo real y alertar sobre situaciones peligrosas.
6. Políticas de salud y bienestar: Implementar políticas de salud y bienestar que incluyan acceso a agua potable, áreas de descanso con aire acondicionado y equipos de protección personal adecuados es importante. Además, las revisiones médicas periódicas pueden ayudar a identificar y gestionar problemas de salud relacionados con el estrés térmico.
Sostenibilidad y resiliencia climática
Adoptar medidas contra el estrés térmico no solo protege la salud de los empleados y mejora la productividad, sino que también contribuye a la sostenibilidad y la resiliencia climática de las empresas. En el año 2024, las empresas deben considerar estas acciones como parte integral de su estrategia de responsabilidad social y ambiental (RSE).
1. Reducción de la Huella de Carbono: Implementar tecnologías y prácticas que reduzcan el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero puede mitigar el cambio climático y sus efectos. La transición a fuentes de energía renovable y la mejora de la eficiencia energética son pasos clave.
2. Inversiones en innovación: Las inversiones en investigación y desarrollo para crear tecnologías y procesos más resilientes al clima son necesarios. Esto incluye el desarrollo de materiales de construcción más eficientes y sistemas de enfriamiento innovadores.
3. Colaboración y alianzas: Colaborar con gobiernos, organizaciones no gubernamentales y otras empresas puede fortalecer la capacidad de respuesta ante el estrés térmico. Las alianzas estratégicas pueden facilitar el acceso a recursos, tecnologías y conocimientos especializados.
4. Transparencia y reporte: Las empresas deben ser transparentes sobre sus iniciativas de sostenibilidad y los progresos realizados. La divulgación de información sobre la gestión del estrés térmico y los impactos del cambio climático en los informes de sostenibilidad puede aumentar la confianza de los stakeholders y mejorar la reputación corporativa.
El estrés térmico es un desafío significativo que se intensifica con el cambio climático. Las empresas, independientemente del sector, deben adoptar estrategias integrales para mitigar sus efectos y proteger la salud y seguridad de sus empleados. La adaptación a estas condiciones no solo es crucial para la sostenibilidad y la resiliencia empresarial, sino que también representa una oportunidad para innovar y liderar en un mundo cada vez más afectado por el calentamiento global. Al implementar medidas proactivas y sostenibles, las empresas pueden asegurar su éxito y contribuir a un futuro más saludable y equitativo.
Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, para el fomento de la Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible en el año 2024